Puedes matricularte en la universidad nocturna de la buena suerte. Joaquim Valls entrenador emocional, se acoge a la neurociencia para proponer un plan con “nocturnidad y premeditación”: antes de acostarte, escribe lo que deseas que tu cerebro crea (de creer), pues durante el sueño nocturno las sinapsis neuronales se organizarán según esa creencia… y durante la vigilia te harán actuar para crearla (de crear). Si actúas como si fueras afortunado, atraerás la fortuna. No es magia: ¡es sólo que tenemos un cerebro muy, muy sugestionable!
Ese cerebro sugestionado creará las condiciones para modificar el entorno en consonancia. Ya lo dijeron los griegos: ¡Carácter es destino!
Joaquim Valls dice: al nacer mi hija, me pregunté cómo podía ayudar a esa niña a ser feliz…Rastreé los rasgos que tienen en común las personas afortunadas, las personas con buena suerte, satisfechas de su suerte y encontré siete rasgos:
BUEN AUTOCONCEPTO (aunque seas bajo y calvo, eso no te acomplejes)
OPTIMISMO (ves salidas a todas las situaciones): ¿sabe lo de los militares húngaros perdidos en los Alpes? Encontraron un mapa, y eso les ayudó a hallar la salida. Pero ese mapa… ¡era de los Pirineos! Ellos no lo sabían: o sea que si crees que hay salida, ¡será más fácil encontrarla.
EXTRAVERSIÓN: allá donde van, establecen buenas relaciones (¡es el mejor modo de encontrar trabajo!).
EMPATÍA: saben ponerse en la piel del otro, escuchar con el corazón.
AUTOGESTIÓN EMOCIONAL: saber enfadarse… ¡cuando toca enfadarse!
PROACTIVIDAD: generan sus circunstancias, las que les resultan más favorables.
PERSEVERANCIA: saben picar piedra.
Durante el sueño, el cerebro reconstruye y reorganiza conocimientos. Y es tan sugestionable… Fíjate en cómo caminan tus hijos, ¡y verás que caminan como su madre o como tú! Esto es inconsciente: imitamos. Aprovéchalo, ¡date instrucciones!